martes, 4 de enero de 2011

Victor Antonio Vergara Collazos

Por Julio R. Olivera Oré
En la cordillera es frecuente que estalle una tempestad. Torbellinos de oscuras trombas de nubes ponen su brochazo de óleo oscuro en el lienzo del cielo. Aquellas, cargadas de electricidad se multiplican, se dispersan o se juntan y refunden o truenan como cíclopes y gigantes fantásticos. Otras veces toman las formas de endriagos, de gnomos o monstruos. Arrecia el huracán y chocan las nubes y revientan dando a estallar truenos retumbantes, relámpagos de oro y rayos de brillo diamantino. Cerca o lejos de la tempestad una feria de meteoros añaden su luminaria ofreciendo el espectáculo grandioso de un instante de palingenesia.Es aquí en este medio que nace en Yungar Victor Antonio Vergara Y mientras el retumbar de los elementos estremece la tierra un olor a pólvora se esparce en el ambiente. La lluvia que no falta en estas ocasiones se desata en torrentes desbordantes. Pronto llega la calma y por doquier la sinfonía de color del arco Iris, pone su nota de fiesta en el paisaje, mientras que los arroyos y ríos esparcen una canción litúrgica como una melodía celestial, poco después el cielo cobra tonalidades translúcidas de turquesas.. Luego se pierde en la altura entre los arreboles dorados, dejando pinceladas geniales para la pintura e ingentes tesoros para la poesía y la música.
Acucioso periodista, escritor, historiador, sociólogo y conferencista destacado, nos narra su historia
Obviamente, siempre en mi mente esta el recuerdo de mi terruño de Yungay, donde desde muy niño en el bosque disfrute la ternura de damas de alta alcurnia.
En Yungay, se come muy rico el chocho, los chicharrones de chancho, el sabroso jamón y su majestad el cuy. Los sombríos de maíz y varias sementeras, papa, oca, mashua. Los grandes rebaños de vacas, caballos y pollinos. Su clima es primaveral con sol radiante todo el año
Tenemos la Cordillera Blanca con sus majestosos Alpamayo y Huascarán, los nevados más altos y hermosos del mundo.
Además existen las paradisíacas lagunas de Parón y Llanganuco; en fin, hay muchas bellezas naturales con campiñas verdes y de clima agradable. Sobre todo, sus hombres y mujeres son de gran talento y de enorme simpatía.
GALARDONES
Como sociólogo, escritor, periodista, historiador y conferencista, ha sido distinguido con:
-Honorífico galardón Medalla de Oro y Diploma el 12 de febrero de 2009 por la Universidad Hispana UTAH-USA.
-Medalla de Oro por la Federación de Escritores del Perú FESP y la Cantuta de Oro y del Ateneo Andino.
-Premio Internacional de Los Niños Bandera de la Paz, con la medalla de Plata en Sofía (Bulgaria).
Viajes por el mundo
-A México en 1967, trabajando como periodista.
-A Alemania en 1974, por dos meses invitado por el gobierno.
-A Rumania de 1974,77 para seguir estudios de de Sociología.
-A Austria en 1974 y España 1978, para la edición de libros.
-Invitado como periodista, a la Republica Popular China, Bulgaria, Polonia, Hungría, Albania, Francia, Yugoslavia, Mongolia, Rusia, Estados Unidos y otros países de América Central.
Obras escritas
Cuando las Historias se Juntan Los Túpac Amaru en Europa, De Machu Picchu a la Gran Muralla, De Machu Picchu alrededor del Mundo, El Mundo del Ande, Ike y la Chicha, La Tragedia, Turismo y Folclore, Zaraí, Sexo Droga y Poder, El Misterio del Hijo Prodigo, Néctar en el Cielo, La Muñequita Rally, Machu Picchu en las 7 Maravillas del Mundo, EL Hijo del Huascarán.
En la composición de estas escenas entra el oro en abundancia, o se funde y corre a raudales o se incendia y flota en llamaradas, se evapora y difumina al horizonte, arrobando los sentidos y la fantasía. Y mientras el oro metálico puede en la ornamentación artística lograr efectos maravillosos, el oro solar tiene la pompa de lo trascendente; el uno abre el mundo de la belleza gótica y renacentista y el otro el del estilo barroco en toda su amplitud optica-impresionista. En el primer caso el oro enriquece la decoración, en el otro cumple el rito representativo del esplendor solar.
En esta epopeya de la naturaleza, la pintura y la poesía se colman de recursos invalorables y el mismo suelo renace lozano porque la tormenta con el desprendimiento del nitrógeno de las tempestades fecunda la tierra y renueva su vigor.
Aún cuando de estas hecatombes cósmicas resultó truncada la cúspide del "Huascarán", aquella mutilación en vez de restarle belleza, la aumenta cada vez más, porque la imaginación al reconstruirla le añade la creación de la fantasía haciéndolo mas deslumbrante y majestuoso.
Mientras que una tempestad en los andes no es mas que un ritmo de la naturaleza, un terremoto es una catástrofe. El aborigen nativo ante estos fenómenos fue precavido, construyendo viviendas resistentes a los sismos y a salvo de aluviones, aclimatando colonias especiales que vivían cerca de los nevados para evitar la sobrecarga del hielo y evitar los estragos del derrumbe. La tortuga con aquella su caparazón de protección, fue sin duda el tótem del lugar, como se advierte en los diseños que adornan las cabezas escultóricas en piedras de Huansacay, y los ceramios de Inka Pakollka, de la Cultura Recuay en Yungay.
Según indagaciones familiares mi esposo Víctor Antonio Vergara Collazos,nos cuenta Elia Alvarado Vega, perdió a su padre a la edad seis meses, siendo conducido al cementerio en la espalda por su nana cargado en una manta (lliclla). Se dice que fue un niño precoz que a la edad de 3 o 4 años, se sentía muy querido por su abuelita materna doña Margarita, quien lo engreía en todo y cuando su mama lo castigaba se iba a casa de su abuelita. Mucho le gustaba los animales, vivía encariñado con su perro <> y su gato <>. Tenía muchos cuyes y que cuando estaba sin sus zapatitos, los cuyes querían devorarlos sus piesecitos. En esa edad conoce al compañero de su mama al sr. Salas, quien invadía su territorio sentimental y se sentía celoso. Había momentos que cuando su mama salía con el sr. Salas, se ponía a llorar tristemente y mucho paraba contemplándose en su huerta, donde se producía pacay, durazno, mora, capulí, manzana, rocoto, ají, etc.
Luego, entro a estudiar inicial en el jardín de infancia y luego en la escuela 370 y la secundaria en el Instituto Industrial Nº 40 de Caraz, especializándose en carpintería, siendo unos de sus trabajos una mecedora perezosa y otros muebles. Sus compañeros de estudio fueron Rolando Malarin actual concejal de la Municipalidad de los Olivos que labora junto al Dr. Felipe Castillo Alfaro, quien es alcalde reelegido por tercer periodo consecutivo, Jaime Torres y en el mismo centro estudió el destacado periodista Juan Paredes Castro, editor central de la pagina política del El Comercio. El Dr. Cesar Languasco Bambarén, asesor de trece ministros de Educación y actualmente ha sido galardonado como Doctor Honoris Causa por la Universidad Hispana UTAH-USA y es padrino de nuestro matrimonio y amigo de toda la vida al igual que su hermana Rosita y su hermano Jaime notable científico quienes se distinguen por ser sobrinos carnales del famoso obispo Luís Bambarén Gastelumendi, mas conocido como el obispo de los pueblos jóvenes y de los niños desamparados.
A la edad de trece años empieza hacer sus primeros pininos en el periódico mural de su colegio. También, se dedico a llevar los escritos de los litigantes de Yungay a Huaraz, en los camiones repleto de animales y sacos de papas. Siempre le justaba conversar con los jueces, quienes le atendían con mucha amabilidad por su carisma que se notaba en su semblante y cara pecosa y pestañas rizadas.
A los 15 años viene a Lima, junto con su gallo a la casa de su hermana Delia, donde compartió su querido gallo con toda la familia, aunque quedo muy triste por el vació que dejo su compañero de viaje.
La tragedia de nuestro desalojo de perder nuestra vivienda donde vivimos por más de 40 años afecto mortalmente a mi querido perro Don Jonás.
Pues, al mismo lugar regresamos dentro de dos meses y mi can sentía como un apersona, por el lugar donde vivió. Varias veces quiso entrar pero los vecinos ya no lo permitían. Asimismo extraña el parque Sucre de Santa Beatriz, que fue enrejado prohibiendo su ingreso total, donde los niños de la vecindad jugaban libremente. La injusticia de haberme quedado con un testamento en la mano que duerme en los sótanos del poder judicial. Igualmente hay jueces incapaces que mantiene un juicio por tantos años, lo cual es un infierno, por ello pido que el poder judicial pronto se modernice.
Por otro lado, recuerdo de la mamá de mi esposo, Doña Julia Collazos, quien fue una distinguida dama de Yungay, destacándose en los arreglos florales, para los cumpleaños, ceremonias y entierros. Mucho gozaba cuando escribía a Antonio cuando estaba en Rumania, siempre dándole sus consejos. Luego de la muerte de su mamá decidió Antonio, vivir en el Perú amando a su patria y sintiéndose orgulloso de sus ancestros. Le gusta ser un hombre luchador y siempre propicia el apoyo social mancomunado.
Lo fundamental que he encontrado en mi esposo, es su gran amor, una forma de admiración y de vivir juntos con mi hija Silvana Elizabeth Vergara de Mejia y su esposo Erick y su digan familia que se ha integrado a una nueva familia, y esperamos con mucha alegría un nieto es decir, estamos preparados para lo que nos depare el destino, tratando de afrontar lo momentos difíciles.
Estoy muy agradecida por su gran humanismo, en los momentos de mi delicada salud, apoyándome, y me ha hecho merecedora de un Doctorado Honoris Causa a la excelencia calidad humana por la Universidad Hispana UTAH-USA Registre Ander UTA secondary propietary school act (Title Nº13, Chapter 34, UTA Code) 41 East 3900 South, SALT Lake City, UTA 84107.
Por ultimo agradezco a través de estas páginas a mis hermanos, en quienes he sentido el apoyo más grande de solidaridad, en el momento más difícil, como fue el desalojo; especialmente a mi hermano Edwin Alvarado, a Clementina y a mi cuñada Helena y a todos sus hijos en general. También, a Manuelita que ha estado pendiente con sus oraciones y a Ofelia Chávez Jaramillo de Guzmán Marquina que es como mi segunda madre.
Agradezco a mi estima cuñada Delia Vergara Collazos de Salas y a toda su digna familia que tuvieron la gentileza de apoyarnos moral y espiritualmente en los momentos difíciles vividos; en especial a Doctor Rosendo Salas Vergara por su invalorable labor que asumió en la defensa judicial. A mi sobrina Joselin Huerto Alvarado, a su esposo Nicolás Valles Rodríguez e hijos Geraldine y Jhon, a Kelly que mostraron su habilidad e ingenio para apoyarnos en estos momentos difíciles y cruciales.
A mi madrina de matrimonio Gregaria García Collantes que a la distancia supo darnos su invalorable apoyo moral e espiritual. Igualmente doy gratitud a Jeaqueline, a mi padrino el Doctor Cesar Languasco Bambarén, que nos brindo solidablemente las llaves de su departamento por inaugurar en los momentos de apuro.
Mi consejo es que el puñal entre hermanos no debe existir, porque estamos de paso por este mundo, que todo lo material queda y esto que no se repita entre hermanos. Al contrario debemos darnos más amor ante Dios y la patria.
Puede que las fuerzas interiores de la tierra, estén influidas por la ubicación, altura, peso y masa; el caso es que de tiempo en tiempo se presenta un terremoto.
En el mes de mayo el resplandor extraordinario de las Cruces llenan de alborozo el mundo andino y el acontecimiento es celebrado con fiestas en su honor. La naturaleza se decora con la floración de campo y la euforia de los ruiseñores llenan las campiñas de una melodía placentera. La leyenda de la existencia de una estrella que lucha con el sol tiene un valor excepcional de valentía. De otro lado el brazo mayor de la "Cruz del Sur" pasa por el eje del Polo, circunstancias que muchas veces son marcadas por catástrofes cíclicas.
Y aquello de combatir a una fuerza mas poderosa de porfiar y estar siempre en desafío y en aptitud de reanudar la lucha es cuestión que tiembla el espíritu indígena. Igual es la porfía que el regnícola atribuye al "Huascarán" y la campiña en su lucha con los elementos cósmicos.
El terremoto del 31 de mayo del 70 tuvo los alcances de un cataclismo. La ciudad de Yungay y poblados vecinos fueron arrasados y donde el sismo o el alud no alcanzaron a destruir, un ciclón de aire provocado por el desplazamiento del nevado arranco el pueblo de Huashcao, treinta casas y noventa chozas. Allí no llego el hielo, simplemente el viento, apretujando costillas y cráneos, hizo estallar las viseras, segó como una hoz la vegetación del campo dejando inerte a sus seres vivientes.
Si los anteriores terremotos afectaron gravemente a Yungay, el del 70 lo arrasó definitivamente. La magnitud de la tragedia fue horrorosa. Un alud de hielo de setenta millones de metros cúbicos que desprendió del "huascarán", sepultó a Yungay y pueblos aledaños. El material de piedras y palizadas se acumuló en el río Santa formando un deposito de agua que llegando hasta Mancos desbordándose y arrancando estancias y villorrios, terrenos de labranza, líneas férreas hasta detenerse en el mar.
Para terminar este capitulo vuelvo a la esplendidez de nuestro anfitrión, don Jose María Lobina Falcón que en su larga y provechosa existencia, no solo le cupo ser testigo de varios terremotos y de sufrir sus estragos sino también que insensiblemente y sin proponerse captó la poesía y la música del lugar. Jamás supo que era un autentico producto del paisaje y que en el la magia y el mito, la tragedia y la belleza se habían decantado para dar a brotar una personalidad hondamente humana en que las sabias de la tierra le ofrecieran el aroma de sus flores y los latidos del corazón su ritmo melódico.
Don Jose María sentía una emoción reverencial al narrar el resurgimiento de Yungay cada vez que los cataclismos le afectaban. En aquellas narraciones habían reminiscencias deslumbrantes, remembranzas poéticas de insondables lejanías, magias y conjuros, luces refulgentes de relámpagos y un temblor profundo de las fuerzas interiores de su ser que denunciaban su humanismo, una vena lírica y nostálgica, preñado de lágrimas cristalinas por la honda pena que laceraba su alma al recordar a sus hijos inmolados por torva mano del destino. La versión del resurgimiento esta imbuida de cierta esencia panteísta y de una angustia e ilusionada preocupación de mensaje.
Decía que después de cada catástrofe la campiña renacía con mayor lozanía por que no en vano aquellas tierras fueron regadas con la sangre de las víctimas y el llanto de los sobrevivientes; que en las flores de los jardines y vergeles renacía también el destello de la hermosura de tantas muchachas desaparecidas; que en los claveles y las rosas reverberaba el color de sus labios y en el perfume de las retamas estaban la fragancia de tanto aliento sepultado; que la aperlada elegancia de las magnolias, dalias y crisantemos era la emoción plástica de tanta hermosura virginal cubierta por el lodo; que los idilios comenzados continuaban en el canto de las cuculíes y en el diálogo de las trinitarias y lucero que son los ojos de las niñas sepultadas y de los ángeles consternados del firmamento; que en la fuente o en la encañada resuena el eco de la canción de los trovadores y la imploración de los amantes siguen invocando la gracia de las que fueran mujeres doradas como un arrebol de la mañana, sonrosadas como una azucena, piadosas como una santa, fragantes como las rosas, preciada la boca de coral, blondo el cabello tersa la frente de marfil y fascinante rostro bello; que el poema de los ósculos de los amantes se reeditaban en el beso de luz que estallan en las corolas de las flores y que la caricia de los efebos y las doncellas se repetía en el alborozo de las aves en su canto matinal; que en el prado la luz de la aurora inundaba su esplendor a las montanas, a las mansiones y cabañas anidándose en lechos de jacintos y guirnaldas de madreselvas, reverberando en el éter y en los lagos absortos y brillando en el rocío de las flores, despertando a las mariposas que en bandadas multicolores de zafiro oro y esmeralda levantaban el vuelo ofreciendo un espectáculo maravilloso y esparciendo el polvo de las flores para embriagar los sentidos y arrobar la fantasía.
Julio R. Olivera Oré

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